No, ya no nos invitan a cumpleaños.
Lo asumimos, y le quitamos hierro al asunto sin más.
Ni si quiera su mejor amigo le invita.
Ese niño contó en su fiesta a otro compañero que Pau no iba al cumpleaños porque se ponía nervioso y su mamá(yo) no le dejaba ir.
Rezo para que no llegue a oídos de mi hijo y se pregunte porqué tengo la crueldad de no dejarle ir…
Supongo que es la excusa que le pusieron en casa al hacer la lista de invitados.
Y es que, aunque a los padres les parezca de recibo prescindir de un niño por sus diferencias, no pueden escindir su amistad sin más.
Y le pese a quien le pese, se quieren.
Pese a quien pese en su clase, aunque todos los niños son conscientes de que es disruptivo, y hemos tenido rachas muy incómodas para todos, le aprecian, le respetan y es referente.
No lo digo yo, lo dice el equipo docente, su inteligencia y su forma de ser tiene más peso que sus neuroatipias.
Se llama inclusión y es real.
Esa misma familia que respondió tras dos semanas de espera a la invitación de nuestro cumpleaños -obviamente el niño no pudo venir-.
Los mismos que le sujetan a la entrada y la salida del cole para que no vayan juntos.
Los que pese al esfuerzo, no tienen la fuerza para impedir que jueguen juntos en el recreo o que se escriban cartas de cariño y se las den mutuamente en clase.
Mi hijo las guarda con amor absoluto, como un tesoro.
En el cumpleaños de mi hijo, tras por whassap invitarles y esperar la respuesta, pensé durante días en escribirle un mensaje, o abordarles para hablarles.
No lo hice. Tal vez el próximo cumpleaños…
Por si acaso me dejaré preparado el discurso.
Y es que respeto totalmente sus decisiones educativas, entiendo que no vean con buenos ojos su amistad, y por supuesto respeto profundamente que no acepten nuestra invitación de cumpleaños.
Espero que entiendan que sabiéndolo no les invito con agrado, simplemente puede más el amor por mi hijo que la dureza de la situación que siento al ver su decepción un año más.
Sólo les pido por favor, que nos den una excusa coherente por la que no podrán venir, aunque sea inventada, para que pueda transmitírsela sin herirle.
Espero que sepan que al otro lado no hay un niño con autismo esperando una respuesta.
Simplemente hay un niño, un niño esperando sin dormir que su mejor amigo confirme que vendrá a su cumpleaños.
Un niño que no entiende de porqués o de diferencias.
Ojalá nunca, nunca, nunca, conozcan el otro lado.
Y si realmente actúan de corazón creyendo proteger a su hijo, que no le mientan, que le digan honestamente que no quieren que vayan juntos y el porqué.
Que le enseñen desde pequeño sus prejuicios, porque de lo contrario, no van a conseguir que sea como ellos, porque cuando su familia no está, es con diferencia mucho mejor, un niño sin miedos, sin prejuicios, honesto. El niño amigo de un niño diferente.
Ojalá no consigan nunca que se parezca a ellos, porque con niños como el, el mundo tiene esperanza.
Mi hijo tiene esperanza.
«Me pensé mucho si invitar a tu hijo al cumpleaños porque se que no vendrá, pero no podía explicarle a mi hijo esa sentencia, explicarle que no pierda el tiempo en invitar a su mejor amigo, porque sus diferencias son un muro infranqueable para vosotros.
Veo a diario que rehuís cuando le veis en la entrada del colegio, que sujetáis al vuestro para que no vaya en su busca.
Se que no le invitáis a cumpleaños pese a que se adoran y en el colegio van siempre juntos.
Entiendo que puede pareceros muy brusco, el es así, pero quisiera que supieseis que simplemente le adora.
No os pido que le dejéis venir, tan sólo que pongáis una buena excusa que pueda contarle.
Recordad que a este lado no hay un niño con autismo y Tdah, simplemente hay un niño que no merece que le rompan el corazón.
Gracias.»
Noe del Barrio